Al
tratar el tema dos sobre la educación, se nos presentaba tres tipos de
docentes: docente técnico, docente práctico reflexivo y el docente intelectual
transformador. Seguro que al tratar en las clases teóricas y prácticas este
tema, nosotros nos encasillamos en el tipo de docente que creíamos mejor por
nuestros ideales o experiencias. Si bien es cierto que no existe un tipo de
docente mejor que otro, y que incluso en diferentes situaciones un mismo
docente puede actuar de forma técnica, práctica reflexiva o intelectual
transformadora.
Al
hacer esta reflexión interna en la que inevitablemente valoras mejor una
actuación como docente que otra, surge lo más importante…¿cómo valora a cada
docente los alumnos? Para ellos, ¿cuál sería la ideal?.
En
diferentes artículos analizados no se trataba directamente esta cuestión, pero
sí se planteaba qué tipo de docente era el ideal para ellos, y cuáles eran las
características que se valoraban positiva y negativamente. En este sentido, en
el artículo de Gutiérrez, M (2007), la muestra analizada valoraba positivamente
los docentes con simpatía, competencia profesional, comprensión para los
alumnos y buena relación con ellos. También valoraban positivamente la
creatividad en las clases.
En
el trabajo de Hendry, L.B. y Welsh, J. (1981) analizando la percepción que
tenían los alumnos sobre sus profesores, se recalcaba al final la importancia a
la relación entre profesores y alumnos, más allá de los aspectos técnicos de
aprendizaje, ya que puede crear un curriculum oculto nada propicio para los
alumnos y su convivencia. Se afirma que esta relación puede tener sus
consecuencias a la hora de enseñar los aspectos técnicos del programa docente,
por lo que se debe prestar mucha más atención a los mecanismos y procesos
implicados en los encuentros entre profesor-alumnos.
Volviendo
al artículo de Gutiérrez, M (2007) mencionado anteriormente, se llega a la
conclusión de que se debe formar a los docentes para que sean capaces de crear
un clima de aprendizaje más positivo, que ayude a los alumnos para progresar en
las tareas que se proponen y que sean capaces de disfrutar del aprendizaje.
Al
haber realizado este análisis vemos la importancia que tiene conocer qué
aspectos valoran más positivamente nuestros alumnos en nosotros, ya que nos
permitirá crear situaciones favorables al aprendizaje. Una vez conocemos esto,
podemos elegir a qué tipo de docente nos acercamos más, incluyendo, ajustando y
adaptando la elección a las valoraciones dadas por nuestros alumnos.
Gutierrez,
M. , Plisa, C., y Torres, E. (2007). Perfil
de la educación física y sus profesores desde el punto de vista de los alumnos.).
RICYDE. Revista Internacional de Ciencias del Deporte.
Hendry,
L.B. y Welsh, J. (1981). Aspects of the hidden curriculum: teachers' and
pupils' perceptions in physical education. International Review of Sport
Sociology, 4, 16, 27-42.
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